martes, 23 de diciembre de 2008

¿Quién soy? ¿A dónde voy?

Mi nombre es Mariana y tengo veintipico de años... casi toda mi vida he sufrido de sobrepeso, obesidad o como le quieras llamar. Durante mi adolescencia pude controlar mi peso, pesaba alrededor de 57 kilos, fluctuando entre los 50 y los 60 kilos. Cuando tenía 18 años conocí a primer novio, y de alguna forma "dejé" de controlar lo que comía y empecé con otra adicción distinta que fue la adicción a las personas, o mejor dicho a las relaciones tormentosas. Mi primer novio, Lucas, era una persona bastante desequilibrada mentalmente, él habiendo sido también un ex gordo, al menos durante un brevísimo período, yo pesando 55 kilos me veía gorda y cuando comíamos era una tortura...me sacaba el plato de comida, yo comía a escondidas cuando no estaba con él. Cuando corto con esta relación, o mejor dicho él me corta a mí, ahí empieza mi escalada de peso y engordo hasta llegar a los 87 kilos. Fue, recuerdo a los 20 años, que engordé en sólo un par de meses 20 kilos: estaba harta de la facultad, me encontraba perdida sin Lucas, tuve muy malas experiencias con mis primeros trabajos, era mucho más inmadura, así que lo único que me quedaba era refugiarme en la comida, yo sabía que ella me hacía engordar, pero no me agredía ni me abandonaba como mi novio: ella estaba cuando estaba triste, feliz, depresiva, contenta. A los 23 años y recibiendome de comunicadora social decido emprender un cambio en mi vida, dije basta y empecé una dieta y en ocho, nueve meses bajé hasta llegar los 60 kilos. Me mudo para Buenos Aires, ya había iniciado una nueva relacion amorosa, aunque no muy convencida, porque no estaba muy enamorada de ese novio. Diego, un hombre unos quince años mayor que yo, también creé una relación tormentosa, él me controlaba mi vida, era su muñeca y hacía y deshacía lo que yo tenía que hacer, básicamente le entregué el poder a él de mi vida. Sintiendome sola en la gran ciudad, tenía un bastón, un soporte, alguien a quien acudir para pedir ayuda. Subí un par de kilos, pero no pasba de los 65 kilos. Seguía siendo atractiva. Sin embargo me sentía mal: estaba frustada con la relación que construí con Diego, no me sentía cómoda con la vida que estaba llevando, yo estaba conviviendo con él y un buen día me dice: "bueno alquiláte un departamento, no quiero que vivas más acá". Hago las valijas, me alquilo un depto, al mismo tiempo me quedo sin trabajo. Seguíamos como amigos, nos veíamos de vez en cuando... no podíamos cortar la relación...Yo al mismo tiempo trataba de conocer a otros chicos, ¿le era infiel? No lo sé, la relación ya estaba terminaba, más que terminada. Ya en el 2006 conozco a Santiago. Con él empezó mi decaída estrepitosa, engordé tan luego 30 kilos. Es o fue (no sé bien en que tiempo conjugarlo) una relación muy patalógica: durante 2 años y 8 meses me aboqué a cuidarlo a él, él desde el vamos me mintió en todo, dónde vivía, donde trabajaba, yo iba descubriendo sus mentiras y a medida que las descubría lo iba perdonando e iba engordando. Me sentía muy mal al lado de él. Yo estaba encandilada por su belleza y delgadez: el midiendo 1,80 pesaba 65 kilos y yo midiendo 1,65 llegué casi a la horrorosa cifra de 95 kilos. En septiembre de este año decido también dejar mi trabajo en la editorial, decido básicamente que me echen, sufro otros embates personales. Estaba depresiva, mal, llegue a estar dos semanas tirada en la cama y no sabía porqué era. A él no le importaba nada, yo cada vez que decidía hacer algo por mí, para cambiar mi cuerpo, me compraba chocolates, caramelos, o comíamos una pizza.
Al día de hoy continuo esta relación, aunque sé que es destructiva, pero sé que el cambio tiene que empezar por algún lado. Tengo un blog donde ayudo a la gente con temas amorosos (¿suena paradójico, no?), pero esta vez después de fijarme en lo que hacía el otro quiero fijarme lo que hago yo, quiero ser distinta esta vez, quiero hacer algo por mí y dejar de ver lo que hacen los demás.
Es normal que después de estar adelgazando y engordando esté bastante cansada, y quiera larga todo al diablo, pero espero tener la voluntad necesaria para realizar este cambio, esta transformación, esta "alquimia en mi cuerpo".