sábado, 20 de junio de 2009

Con ganas de ponerme las pilas, la etapa contemplativa


Me gusta vivir la vida con convicciones. Cuando tenía 12 años empecé a hacer dieta y pasé de 72 kilos a 58-57 kilos en el lapso de un año. A los 14, ajusté aún más las cuerdas y pasé a pesar 50 kilos. Vivía mi vida bastante obsesionada, cuidandome de todas las comidas "engordantes", como los helados, las tortas, incluso fue a partir de esas edad que comencé a ser vegetariana. Recién este año, luego de 15 años de vegetarianismo, volví a comer carne de pollo (sigo sin comer carnes rojas ni blancas). Vivía una vida muy sana, pero era también muy neurótica. Tenía mis rituales para todo: era una perfeccionista en el colegio y en mi casa un neurótica la limpieza. Actualmente, todos mis antiguos paradigmas está rotos y estoy en la búsqueda de lo que me hace bien... me desbandé hacia el otro lado. Quiero volver a comer sano,pero me cuesta dejar todas las cosas ricas: alfajores, helados, pizzas, papas fritas, pan, etc. No soy una mujer de medias tintas, si como pizza no puedo comer sólo una porción tengo que comerme tres porciones mínimamente (con la cantidad de calorías que esa cantidad implica). Estoy muy preocupada por mi peso, mi IMC actual es de 35, cuando el riesgo ya está dado alrededor de los 26 (si pesara 70 kilos todavía tendria sobrepeso). Estoy preocupada: padezco de presión alta, hemorroides, me duelen las piernas al caminar y sufro discriminación. Con respeto a esto último, el otro día fui a una entrevista de trabajo, y cuando al tipo de la consultora (un viejo de mierda facho) le entregué mi cv, lo primero que me dijo fue "engordaste mucho, se nota por la foto, estabas súper flaca acá"... a lo que yo le respondí sin tapujos "si, estoy súper gorda". Para colmo de males, me dijo que me curriculum le encantaba pero que "había ido vestida muy informal a la entrevista" y que se me llegaban a llamar de la empresa (donde él supuestamente me iba a presentar) tenía que ir con un look´"más glamoroso". Me dio tan por el centro de las pelotas lo que me dijo. Yo me había vestida decentemente, es cierto, no estaba maquillada, pero estaba vestida apropiadamente para una entrevista. El tipo me dijo si estaba dispuesta a cambiar mi look, a lo que yo le respondí que podía cambiar mi imagen pero en diez días no podía bajar de peso. El me dijo que el peso no tenía nada que ver, pero que tenía que estar más maquillada y bla bla bla. Sé que al tipo le hinchó las pelotas que estuviera gorda, cuando vio mi foto en el cv, senti incluso como una especie de decepción o estafa y por eso fue tan agresivo cuando me dijo "como engordaste...". En fin al terminar la entrevista el chabón me dice: "yo te digo esto de la apariencia porque para una secretaria es muy importante la imagen exterior". Yo al retirarme, le agradecí sus "sugerencias". Al llegar a casa, me quedé rumeando en todo lo que me había dicho esta lacra social, y tomé la determinación de llamar al Inadi (un instituto del gobierno argentino que lucha contra la discriminación). Me sentí bien al hacer valer mis derechos, pero sin embargo sé que la discriminación te lo digan o no va a seguir existiendo. Vamos a decir la verdad: a nadie les gusta los gordos, es difícil conseguir talles de ropa y la salud se va deterioramente poco a poco con tanto sobrepeso. Incluso estoy preocupada que cuando me tomen de algún trabajo, al momento que me tenga que hacer el exámen preocupacional el médico me llame la atención sobre mi peso, o incluso no me considere "apta" para el trabajo. Pero más allá de todos estos condicionamientos sociales, que están y que existen y a los cuales uno no puede escapar por más que luche contra ellos, yo sé que tengo que adelgar por mi salud tanto física como mental. Me gustaría lucir ropa bonita, tengo una parte de mí que es glamorosa, si tengo que elegir un tipo de chica idea al que aspiro ser, son las pin-ups girls. Me gustaría tener pechos grande, cintura pequeña, y una caderas abundantes pero justas para el cuerpo de una mujer. Me gustaría ser sexy, ponerme ropa apretada sin que se me salga la buzarda por todos lados, maquillarme excesivamente sin que parezca la gorda del circo, o una vieja de 50 años. Con respecto a esto último, me está pasando últimamente cuando voy a los negocios a comprar que me dicen "señora... ud..." O sea me dicen dos cosas que para mí, siendo aún joven, son crueles: usted y señora. Debo decir que tengo una piel envidiable, no tengo una sola arruga, ni mancha, y tengo una dentadura perfecta. Supongo que lo de señora viene sobretodo porque soy gorda. El ser gorda, la mayoría de las veces, te agrega años. Por todas estas razones creo que es urgentemente que me ponga las pilas.

Hoy me hice verduras al vapor y compré frutas. Estaba pensando en hacer una dieta a base de frutas y verduras y después de a poco ir incorporando las carnes blancas. Por lo pronto tendría que dejar de lado, todo lo que sean harinas blancas, arroz, y por supuesto nada que contenga azúcar (refinada) ni siquiera en poca cantidad.

1 comentarios:

cintaescoch dijo...

Ya no se si seguis este blog o no, pero no puedo dejar de decirte que me reeee identifique. Yo siempre trabaje en hoteleria y cuando iba a las entrevistas sentia esa mirada de arriba a abajo y pensaba "listo, mi cv no importa. Pesa mas que soy gordita para que no me tomen". Muy bien esa llamada al Inadi por ese pelotudo. Te abrazo.